Por Paula Bustos Flores
Fotos cortesía Jorge Ibacache
25/09/2015, Paseo Bulnes – Santiago Centro. Un día como
cualquier otro. Los monumentos que homenajean a Pedro Aguirre Cerda son el
punto de encuentro de lo planificado. Entre la desconocida calle Mencía de los
Nidos y las ‘piedras’ del Parque Almagro a eso de las 18.30 horas ya se empieza
a distinguir como el grupo humano presto a reunirse va tomando forma. Como ya
es costumbre el último viernes de septiembre es el día en que se realiza:
BULNES INTERVENIDO; una acción gestionada a pulso que busca visibilizar las
huellas de la violencia del golpe de estado y posterior dictadura en Chile. El
evento que se realiza por tercer año consecutivo, invita a voluntarios a
señalar con punteros láser las
huellas de bala que aún existen en el Paseo. Un encuentro que se entiende desde
la idea de una acción social con claros ribetes de Arte Político en donde se
genera un espacio ideal para la reflexión en torno a nuestra memoria colectiva. A medida que va
atardeciendo la composición de este discurso poético comienza a gestarse. Desde
el fondo alrededor de 12 personas invisibilizadas en comunes vestiduras dan el
vamos a la acción. Se escucha decir: “No
se mueve ninguna hoja en este país si no la estoy moviendo yo, que quede claro”.
Luego de manera paulatina los performeros interactúan con los espectadores
relatando: “Chile es un país de inmensas
moles pétreas, asentadas en metal y agua. Es un país duro, arisco, de dislocada
geografía. Nada en fácil, nada se obtiene de inmediato.” Iluminan las
primeras huellas, reparten los punteros entre los presentes y a la vez
cuestionan: ¿Cuáles son las huellas que
la dictadura dejó en ti? La incorporación de la performance se debe a que “…así aparece el cuerpo como alternativa que
nos permite desplazar la manera de recordar, evocando una memoria kinestésica,
como un espejo que nos posiciona en la acción de otro aunque no tenga vinculación
directa con esa persona…este elemento es una reminiscencia de lo que desde el
primer año observamos en la intervención, cuando las personas señalan con los
láser las huellas de las balas, son sus cuerpos los que se posicionan en el
lugar de quien disparó y es esa posición física la que evoca preguntas, la que
busca reconstruir la escena, la que emociona y convoca a los recuerdos.”
BULNES
INTERVENIDO es una acción de denuncia y resistencia. Se trabaja en 8 puntos
geográficos a lo largo del Paseo, con por lo menos 390 rastros identificados en
las fachadas. En este año hubo alrededor de 200 partícipes de esta Construcción
de Memoria, que reivindica recuerdos, relatos e historias de vida como
elementos fundamentales a la hora de levantar la Historia de todos. “Creemos que la memoria, más que
‘recuperarse’ desde el pasado, es algo que vamos creando desde nuestros
diversos presentes. Para ello podemos usar insumos que la historia ha dejado
en nuestras ciudades, marcas que
trascienden el horizonte temporal pero que se inscriben en los espacios que
transitamos y habitamos cotidianamente…” señala el equipo ejecutor. Y es
que esta labor de reconocimiento se enmarca en la construcción de lo vivido
pero no necesariamente transmitido, por lo anterior es que quienes organizan
proponen una investigación mayor al declarar y convocar otros medios de
visualizar lo perdido: “Buscamos
testimonios de los hechos ocurridos en el Paseo Bulnes. Estos pueden tener
formas de relatos, fotos, videos, audio o prensa, de ayer y hoy. Queremos
completar esta historia pero nos faltan registros, que al igual que tantos
otros de lo acaecido en dictadura, han sido borrados u ocultados. Si viviste o
trabajaste en el paseo, si conoces a alguien, o si tienes un dato que compartir
con nosotros, contáctanos, para que con tus recuerdos vayamos construyendo
memoria colectiva.”
La
performance conduce el recorrido de manera sutil. Se apropia de la calle, induce
a la conversación que va quedando registrada en los sistemas preparados para
ello. Por lo que, BULNES es un ejercicio de activación. La acción profundiza
esa búsqueda en el trauma, en el repaso sobre la violencia y los abusos
cometidos al tránsito habitual, a las huellas en nuestros territorios. Un
ejercicio/evidencia que se elabora desde la necesidad de ver a la víctima que
cada uno es, aunque no se haya vivido directamente.
La
Velatón Láser es cauta del silencio e introspección de sus colaboradores.
Respeta sus tiempos y emociones. Luego de caminar por Bulnes la acción se abre
a la alteridad que se da en el compartir experiencias de manera escrita y
hablada, en torno a la pregunta ¿Cuales son las huellas que dejó la dictadura en tí? Los caminantes son en su mayoría actores indirectos de los hechos.
Siendo clave señalar que entre quienes lo vivenciaron “...el 44,2% tenía
entre 21 y 30 años al momento de la detención, un 25,4% tenía entre 31 y 40 años.
El grueso de las víctimas tiene actualmente más de 51 años. Por otra parte un
13,9% corresponde a personas que hoy día tienen entre 41 y 50 años y un 3,1% a
menores de 40 años.” Del Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política
y Tortura 2005.