miércoles, 3 de junio de 2015

ANIMAL KINGDOM, la obsesiva y misteriosa fábula de Andrea Rodríguez Vial en Galería MADHAUS.

Por Paula Bustos Flores / Chile
Imágenes Cortesía de Cristian Belano



En la tranquila esquina de las calles Caupolicán y Tegualda, en Barrio Italia se encuentra MADHAUS galería de Arte Contemporáneo, que celebra su aniversario de existencia junto a la primera exposición individual de Andrea Rodríguez Vial. ANIMAL KINGDOM es una refinada propuesta que se configura desde la fragilidad y nobleza de pequeñas figuras cerámicas inspiradas en el reino animal.
De factura oficiosa y elegante, la artista se sirve de la plasticidad del material con el que trabaja para recrear su obsesivo y a la vez misterioso imaginario escultórico basado en la repetición figurativa de animales en su mayoría salvajes, entre los que destacan aves y mamíferos.
Desde el techo una serie de pájaros, blancos y grises, dan forma a la instalación central del lugar. Colgados de manera vertical simulando una bandada en caída libre, permanecen suspendidos a unos cuantos centímetros del suelo en donde hay una base de espejo que los refleja y multiplica.


Alrededor encontramos vitrinas, plintos y repisas que exhiben otras figuras de la naturaleza. Gorilas, patos, conejos, frutillas, cisnes, gansos, hojas, delfines, osos e hipopótamos en miniatura y tamaño juguete son asociados de manera barroca y a veces piramidal conformando alegorías como si fuesen parte de panteones de fauna o como bien llevan por título, ‘Mausoleos’. Estandarizados por sus tonos mates azulinos y verdosos las figuras son atractivas de recorrer visualmente pues poseen variados detalles.
Desde la exposición se desprende la preocupación de la artista por evidenciar la materialidad con la que opera a través de supuestos errores del quehacer técnico. De esta forma podemos apreciar las rebarbas y uniones propias de los moldes en los que se hacen las figurillas, pedazos o partes recortadas de las mismas copias, así como también agujeros en las estatuitas que nos permiten acercarnos para ver su interior y en ellos descubrir algunas sorpresas. A primera vista hay piezas que parecen no estar acabadas pero al tacto percibes que de manera astuta fueron cubiertas por pigmentos glaseados y suaves. Estratégicamente la artista incorpora el uso de  tonos metálicos, plata y oro que acentúan en lugares muy exactos el contenido de sus escenas; tal como ocurre en el encuentro frente a frente de dos grandes liebres grises y opacas que por sus expresiones faciales parecen estar hablando entre sí, cuchicheando algún secreto macabro y sorpresivo, que te deja sin aliento. En este caso sus estilizados ojos se despegan de lo grisáceo de sus cuerpos mates con la sutileza del color plata.



Dos aves pegadas en el vientre y que llevan por título ‘Gemelos’ hacen recordar la clásica escena fraterna de las tórtolas de Mi pobre angelito y también son seña de la idea de lo múltiple que se va repitiendo en el montaje. La figura de un hermoso conejo recubierto por merengues todo esmaltado en blanco brillante con toques de color por medio de lustrosas fresas rojas nos invita a degustar la exhibición de esta artista antes de que sea demasiado tarde.
Lo meticuloso del detalle en las formas y disposición de los elementos que componen cada obra habla de la esmerada prolijidad con que Andrea Rodríguez Vial aborda su trabajo; esto se demuestra por ejemplo  en la cuidada relación entre los materiales que dan soporte a las piezas y los de las obras en sí, en donde existe una clara contraposición de resoluciones visuales, como en el caso de las bases de acrílico transparente y levemente brillante que sostienen las copias pintadas opacas, o bien, funcionando al contrario, bases opacas que soportan piezas esmaltadas y relucientes.

La atención en el montaje, distribución de los objetos y utilización del espacio relativamente pequeño de la galería definen la estudiada intención de esta muestra: Que se inicia desde la provocación de la porcelana como objeto potencia de obra hacia el aprovechamiento del material como recurso y estrategia visual. La estética orgánica de la anatomía animal se entremezcla con el ejercicio propiciado por la experimentación, rescate de distintas etapas y puesta en escena de un oficio artesano mediante una relectura artística en torno a personajes salidos de una fábula difícil de acabar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario